Valor de los procesos de consenso experto

Cierto es que cualquier acuerdo formal entre un grupo de profesionales puede calificarse de consenso. No obstante, para que dichos acuerdos posean valor en la comunidad médica es imprescindible que reúnan ciertas características metodológicas.
- Al igual que todo proyecto de investigación el proceso de consenso debe formalizarse en un protocolo de trabajo que detalle el ámbito temático del consenso, la metodología y el proceso de realización a seguir, así como los umbrales de acuerdo que determinarán los argumentos consensuados y los que no.
- Los expertos participantes deben ser profesionales reputados por su conocimiento sobre el tema.
- La evidencia científica disponible resultante de una revisión bibliográfica sistemática y reproducible debe ser el punto de partida de las recomendaciones que elaborarán los expertos.
- A partir de ahí, existen tres técnicas alternativos de características, alcance y validez desigual según sea la temática a consensuar y el grado de impacto que se desee obtener en la comunidad científica:
- Grupo Nominal. Permite obtener un conjunto de argumentos consensuados –en general, recomendaciones clínicas- a través de una única sesión de trabajo debidamente estructurada. No obstante, no permite la reflexión de cada experto por separado, ni analizar iterativamente las discrepancias.
- Método de Delphi. En sentido estricto solo es apto para realizar pronósticos y predicciones. El consenso se obtiene por iteración entre expertos que a priori no se conocen entre sí.
- Método RAND/UCLA. Se articula en tres fases. En la primera cada experto formula sus recomendaciones individualmente; en la segunda se ponen en común todas las recomendaciones mediante un proceso tipo Delphi modificado; y en la tercera se celebra una conferencia de consenso con el propósito de dilucidar los temas objeto de disenso. Se trata, lógicamente, del método que goza de mayor solvencia científica.
- Finalmente, se elabora un texto en el que, básicamente, se recogen las recomendaciones consensuadas y los puntos en los que no ha sido posible alcanzar acuerdos.
De acuerdo con nuestra experiencia, el espectro de aplicaciones posibles de los procesos de consenso es muy amplio. Pueden emplearse tanto en la elaboración de guías y vías clínicas y procesos asistenciales integrados, como en la fijación de parámetros para la carrera profesional o para el establecimiento de criterios de acreditación de unidades clínicas.