La resiliencia o cómo superar la adversidad

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Por más afortunados que seamos, por más que la vida nos haya sonreído hasta el día de hoy, tarde o temprano es imposible que no tengamos que afrontar la adversidad sea en forma de enfermedad grave, fracaso profesional, dificultad económica, pérdida de un ser querido, ruptura emocional traumática, etc. Sea como fuere es un hecho que, un día u otro, todos los seres humanos debemos hacer frente al infortunio; y es entonces cuando nuestras aptitudes resilientes entran en juego de manera decisiva: o bien dejamos que la situación nos supere y nos hundimos o nos sobreponemos y gestionamos las situación adversa de la mejor manera posible e, incluso, salimos fortalecidos; esto es, apostamos por la resiliencia.

Según la definición de la Real Academia Española de la Lengua, la resiliencia es la capacidad humana de asumir con flexibilidad situaciones límite y sobreponerse a ellas. Es un término que se toma de la resistencia de los materiales que se doblan sin romperse para recuperar la situación o forma original como por ejemplo: un arco que se dobla para lanzar una flecha, o los juncos bajo la fuerza del viento. Así, la resiliencia implica la capacidad de reestructurar con entereza nuestros recursos psicológicos en función de las nuevas circunstancias y de nuestras necesidades. De esta manera, las personas resilientes no solo son capaces de sobreponerse a las adversidades, sino que van un paso más allá y utilizan esas situaciones para crecer y desarrollar al máximo su potencial emocional1. Para las personas resilientes no existe una vida dura, sino momentos difíciles. Se trata, pues, de una manera diferente y más optimista de ver el mundo. De hecho, son personas que a menudo sorprenden por su buen humor y nos hacen preguntarnos cómo es posible que, después de todo lo que han pasado, puedan afrontar la vida con una sonrisa en los labios2.

Entre otros matices, la sicóloga Rosario Linares4 considera que las personas resilientes se caracterizan por:

  1. Ser conscientes de sus potencialidades y limitaciones, ya que el autoconocimiento es un arma muy poderosa para enfrentar adversidades y retos, y las personas resilientes saben usarla a su favor; de esta manera pueden trazarse metas más objetivas que tienen en cuenta los recursos de los que disponen para conseguirlas.
  2. Ser creativas. La persona con una alta capacidad de resiliencia no intenta pegar el jarrón roto, puesto que es consciente de que ya nunca a volverá a ser el mismo. El resiliente hará un mosaico con los trozos rotos y transformará su experiencia dolorosa en algo bello o útil.
  3. Confiar en sus capacidades. Al ser conscientes de sus potencialidades y limitaciones, las personas resilientes confían en lo que son capaces de hacer. Si algo les caracteriza es que se sienten seguras de lo que pueden lograr, si bien también reconocen la importancia del trabajo. Saben cuándo es necesario pedir ayuda.
  4. Asumir las dificultades como una oportunidad para aprender y crecer. Saben que las dificultades nunca son eternas y que el futuro dependerá en gran medida de la manera en que reaccionen ante ellas.
  5. Practicar el mindfulness asiduamente. Las personas resilientes viven plenamente en el  presente; es decir, su vida discurre en el aquí y ahora. Es por ello que poseen una gran capacidad de aceptación de la realidad tal cual sucede.
  6. Ser muy objetivas. Son conscientes de que nada es completamente positivo ni negativo. Son personas que han desarrollado un optimismo realista, también llamado optimalismo. Están convencidas de que por muy oscuro que sea el presente, el día siguiente puede ser mejor.
  7. Rodearse de personas que tienen una actitud positiva. Generalmente, los resilientes se rodean de personas que mantienen una actitud positiva ante la vida y evitan a aquellos que se comportan como vampiros emocionales. De esta forma, logran crear una sólida red de apoyo que les puede sostener en los momentos más difíciles.
  8. No intentar controlar las situaciones. Una de las principales fuentes de tensiones y estrés cotidiano es el deseo de querer controlar todos los aspectos de la vida. Las personas resilientes han aprendido a lidiar con la incertidumbre y se sienten cómodos aunque no tengan el control.
  9. Ser flexibles ante los cambios. A pesar de que las personas resilientes tienen una autoimagen muy clara y saben perfectamente qué quieren lograr, también tienen la suficiente flexibilidad como para adaptar sus planes y cambiar sus metas cuando las circunstancias así lo aconsejan. Siempre están dispuestas a valorar diferentes alternativas, sin aferrarse obsesivamente a sus planes iniciales o a una única solución.
  10. Ser tenaces en sus propósitos. El hecho de que las personas resilientes sean flexibles no implica que renuncien a sus metas; al contrario, si algo les distingue es su perseverancia y su capacidad de lucha.
  11. Afrontar la adversidad con humor. Las personas resilientes poseen un acentuado sentido del humor. Son capaces de reírse de la adversidad. La risa es su mejor aliada porque les ayuda a mantenerse optimistas y, sobre todo, les permite enfocarse en los aspectos positivos de las situaciones.

Y la buena noticia –sin duda la mejor de todo el post– es que la resiliencia no  depende de ningún carácter genético, ni congénito. La resiliencia no es una aptitud innata. Se trata, sencillamente, de un conjunto de habilidades que cualquier niño puede adquirir mediante el adiestramiento sicológico adecuado.  Entonces, ¿por qué razón su aprendizaje no forma parte de la educación obligatoria? ¿Acaso es más útil para tener éxito en la vida saber cuándo se produjo el desembarco de Normandía o cuál es la fórmula química del ácido sulfúrico o recordar las diferencias entre la corriente continua y la corriente alterna? Sinceramente, yo creo que no. En absoluto.

  1. http://oncologiaintegrativa.org/web/resiliencia-los-12-habitos-de-las-personas-resilientes/
  2. https://es.wikipedia.org/wiki/Resiliencia_(psicolog%C3%ADa
  3. Fernández-Abascal, Enrique G. (Coord.) (2009): «Emociones positivas». Pirámide, Madrid.
  4. http://www.elpradopsicologos.es/blog/resiliencia-resilientes/