Cómo mejorar la inmunidad natural de manera sencilla

Poseer un buen nivel de defensas es una de las claves más determinantes para disfrutar de una buena salud o en su caso, combatir cualquier enfermedad. Sin embargo, muchos de nosotros tenemos hábitos que, en lugar de fortalecer la inmunidad, la debilitan. De ahí la importancia de los consejos que siguen:

1. Cuida tu flora intestinal:

La flora intestinal es el conjunto de bacterias que viven en el intestino -unas 2.000 especies diferentes- que en su gran mayoría son beneficiosas para la salud, ya que, entre otras muchas funciones, participan en el metabolismo de algunos carbohidratos, estimulan el sistema inmunitario y controlan el crecimiento de células del endotelio del colon (colonocitos) eliminando células cancerígenas1.

Para mantener la flora intestinal en buen estado es imprescindible ingerir asiduamente alimentos ricos en fibra (verduras, jengibre, bayas y frutas) y probióticos; estos son alimentos con microorganismos vivos que forman parte de la flora intestinal beneficiosa y permanecen activos en el intestino como son: el tofu, el miso, el tempeh, el chucrut, el kéfir, la cuajada, el yogur y, en general, todos los alimentos fermentados.

2. Que no te falten las vitaminas:

En primer lugar hay que destacar a la vitamina E  que contribuye al desarrollo de los linfocitos T en el timo2 y se encuentra en abundancia en el aceite de Germen de Trigo, de maíz, de canola y de linaza, en el pimentón y en la pimienta roja, en las almendras, cacahuetes y avellanas y en algunas hierbas aromáticas como son la albahaca y el orégano. Asimismo la vitamina D también tiene un rol importante en las funciones inmunitarias, dado que los linfocitos macrófagos necesitan disponer de esta vitamina para actuar eficazmente contra las infecciones. Por ello, es aconsejable comer con frecuencia pescado azul (sardinas, anchoas, caballa, salmón, etc.) y huevos, además, de tomar el sol con prudencia y regularidad a fin de propiciar su síntesis efectiva. También la vitamina A juega un papel relevante en la producción y la actividad de los linfocitos T, reconocido por las autoridades sanitarias europeas3. Y por supuesto, también contribuye a reforzar el sistema inmunitario la vitamina C presente, entre otros alimentos, en todos los frutos cítricos y las verduras sin cocer (en especial, los pimientos y el perejil).

3. Reduce el nivel de estrés y duerme, al menos, 7 horas cada noche:

Un estudio realizado en los EEUU con 164 voluntarios sanos de 18 a 55 años mostró que los individuos que duermen entre 5 y 6 horas por noche presentan una probabilidad 4,24 veces mayor de contraer un resfriado que quienes duermen más de ocho horas4. Otro estudio realizado en Holanda con 15 jóvenes voluntarios sanos a los que se privó de dormir durante 29 horas mostró que los niveles de granulocitos (glóbulos blancos) están directamente afectados por la privación del sueño, reflejando la respuesta inmune inmediata del cuerpo después de la exposición al estrés5. Y un tercer estudio realizado en 125 adultos de mediana edad sanos que fueron vacunados contra la hepatitis B, reveló que la menor duración del sueño se asocia a una menor eficacia de la vacunación6. En conclusión, si se desea disfrutar de un sistema inmunitario en buenas condiciones, hay que procurar dormir, al menos, de 7 a 8 horas cada noche.

4. Si consumes alcohol, que sea con moderación:

Desde hace tiempo es sabido que el consumo de alcohol produce efectos inmunodepresivos varias horas a días después de la exposición, incluso cuando el alcohol en la sangre ya no es detectable. En concreto, un estudio realizado en el año 2014 con 15 voluntarios humanos mostró que después de 2 y 5 h de consumir alcohol a dosis elevadas se produjo una reducción del número de monocitos y de linfocitos circulantes.

  1. Peña AS. Flora intestinal, probióticos, prebióticos, simbióticos y alimentos novedosos. Rev. Esp. Enferm. Dig. 2007 Nov; 99(11): 653-8.
  2. Moriguchi S, Muraga M. Vitamin E and immunity. Vitam Horm. 2000; 59: 305-36.
  3. EU Register on nutrition and health claims, EFSA, 2014. PDR for Nutritional Supplements, Thomson Healthcare, 2001. Directive 2008/100/CE du 28 octobre 2008.
  4. Prather, A. et. al. Behaviorally Assessed Sleep and Susceptibility to the Common Cold. SLEEP2015; 38(9), 1353-1359.