Stephen Hawking. In memoriam

Hacía mucho tiempo que no sentía tan intensamente la muerte de alguien a quien ni siquiera tuve la gran fortuna de conocer personalmente. Pero después de muchos años siguiendo su trayectoria profesional y la evolución de la ELA que padecía desde 1963, lo menos que le debo es haber aprendido gran parte de lo poco que sé acerca del Universo del que somos una nimiedad prescindible, y mucho de lo que significa luchar durante años contra una enfermedad incapacitante sabiendo que, al cabo, acabará por vencer.

A todos los que las matemáticas nos pillan un tanto lejos, nos queda el consuelo de leer y/o releer sus conferencias y demás obras de divulgación, además de sus divertidos cameos en la serie para TV “The Big Bang Theory”, para recordarnos que, al igual que les sucede a todos los animales y vegetales sin excepción, al morir nuestros tejidos y órganos se descomponen y otros seres se alimentan de ellos; es decir, en sentido estricto, nos reciclamos. Átomo a átomo regresamos a la Tierra a la que pertenecemos, porque somos seres biodegradables por naturaleza; y nada, siquiera el alma, puede escapar a tan económico destino.

Despidamos, pues, con todos los honores a este héroe genial; y una forma de hacerlo, creo, es rememorando algunas de sus ocurrencias más celebres cuyo significado hago mío al 100%.

«Einstein había rechazado la idea de que Dios juega a los dados. Sin embargo, todas las evidencias indican que Dios es un jugador impenitente»

«Me he dado cuenta que incluso las personas que dicen que todo está predestinado y que no podemos hacer nada para cambiar nuestro destino, siguen mirando a ambos lados antes de cruzar la calle»

«La inteligencia es la habilidad de adaptarse a los cambios»

«Nada puede existir para siempre»

  1. http://www.hawking.org.uk/